Son tres métodos pedagógicos distintos que en general no conocemos hasta que no tenemos la necesidad de explorar con nuestros hijos. Ninguno es reciente, son todas metodologias de fines del siglo XIX y principios del XX, en Austria, en Italia y en Alemania. Ya por ese entonces los filósofos andaban preguntándose cómo mejorar la educación de los niños para transformarlos en seres independientes, conscientes de su ambiente y líderes creativos.
Waldorf empuja a los niños a desarrollar más su creatividad, combina edades y educa por ciclos teniendo siempre en cuenta la voluntad del niño a la hora de aprender. La idea no es que el maestro imponga una jerarquía de acción y plan de clases, sino que proponga elementos que ayuden al niño a desarrollar la imaginación y profundizar en sus sentimientos. Montessori desarrolla niños más independientes con mentes más científicas, la clave es «seguir al niño», y favorecer un ambiente donde todo esté al alcance de su aprendizaje, que tenga espejos a su altura donde mirarse, una cama de dónde subir y bajarse, un placard a su altura para aprender a vestirse y demás. Pikler er pediatra y su idea no se centra tanto en cómo educar al niño sino en el rol del adulto frente a ese niño al que debe poner en pie de igualdad, el niño debe sentirse libre y tener un ambiente psicomotriz donde poder desarrollarse sólo y el adulto debe tratarlo como un ser que merece respeto y acompañamiento; siempre respetando la autonomía en la iniciativa del niño. Su libro principal es moverse en libertad.
En los tres casos quienes desarrollan la pedagogía se ven movidos por intereses personales y cuestiones que exceden sus estudios para comenzar a re-pensar el tema de la educación, sea porque trabajaban en orfanatos, porque vivían períodos de guerras intestinas o por problemas propios de crianza, fueron vivencias personales las que motivaron a los autores a crear algo nuevo y cuestionar lo existente. Es válido entonces, que las madres del siglo XXI sigamos repensando cómo educar a nuestros hijos cuando nos enfrentamos a la maternidad, especialmente considerando que en relación a las escuelas pedagógicas no hemos inventado nada nuevo recientemente. Tanto me cuestiono yó qué es lo que es más adecuado para mi pequeña que empecé a usar el sentido común. Punto uno fusioné los tres métodos anteriormente enunciados para adquirir juegos y organizar el cuarto de Ivana. Hoy tenemos cubos pikler, combinados con cama montessori y juegos más modernos, la casa es disney pero Ivana le sirve mucho. De repente me di cuenta que le hemos puesto todo a su alcance y respetamos sus tiempos, pero como en tiempos modernos la tecnología es ley, incluimos algunos contenidos de youtube e internet, que le pese a quien le pese ayudan en este siglo a padres y bebés. Mi problema no es mostrarle cómo quedaron los juegos o cómo educamos a Ivana, es plantearles que en todos los ámbitos educativos no hemos cambiado nada, los pediatras nos siguen diciendo cuándo darles de comer, cuando destetar, etc etc, y las madres seguimos poniendo en práctica lo que nos sale por intuición, pero para educar a otros a criar a nuestros hijos, no hemos construido pedagogias nuevas que se adapten a la sociedad en la que vivimos. Cantamos las mismas canciones que hace 100 años atrás, les brindamos los mismos alimentos (más o menos trans), jugamos a los mismos juegos, y les damos a veces excesivas libertades con un emponderamiento inédito. Pikler, Montessori y Waldorf tienen 100 años de historia o más, son muy interesantes y útiles, son sentido común, el desafío es fusionarlos a la cultura del siglo XXI y modificar nuestra manera de criar a nuestros bebés.
Dejo fotos adjuntas del cuarto de Ivana y juegos.
Deja una respuesta