En casa somos tan mascoteros que nos convertimos en proteccionistas. En los últimos años hemos rescatado a unos 40 perros de la calle y los hemos dado en adopción y nos hemos quedado con otros, la familia canina suele ser grande y a la felina se la ayuda como puede. Mi esposo y yo somos devotos de la naturaleza y de la protección de la flor y la fauna y decidimos casi sin quererlo que nuestra Ivy tenía que seguir el mismo camino.
A la vuelta de un magnífico viaje por Sudáfrica sentimos que el mundo animal, tan vulnerable, tan honesto, tan abandonado necesita de individuos responsables que sepan cuidarlo y esto tiene que nacer de las entrañas. Por eso mamá, además de dejar que sus canes le mimaran la panza le decoró a Ivana su primer cuarto todo con animales, sus peluches son animales, su ropa tenía animales, tanto así que aprendió decir Lupo y Vilma antes que mamá y papá.
Obviamente hay que ser responsable con las mascotas, tenerlos bien cuidados, limpios y vacunados para que los bebés no corran riesgos y tener cuidado con la inserción del bebé en la familia, porque puede haber celos de por medio.
Ivana interactuó con nuestros perros desde que llegó a casa, el día que volvimos de la clínica la olieron, la chupetearon y así seguimos. Aprendió a pararse agarrándose de nuestro fiel perro Olaf y hoy, su rutina al levantarse es saludar a Lupo, un pastor Suizo enorme a quien abraza, besa y agarra las patas.
Ivana ama a todos los animales, tenemos imanes de animales por todos lados, ya sabe sus nombres…. Alza a upa al gato del vecino, y le encanta mirar los teros que andan por el jardín, es una contempladora nata. Por suerte es bastante cauta con las mascotas que no son nuestras, los observa y después decide si los toca o no, pero lo increíble es que miedo no les tiene, no le asustan los ladridos, los maullidos… Si las motos y los bocinazos. Tenemos una niña en estado natural, y es algo tan hermoso de ver que sólo hay que experimentarlo para poder entenderlo. Es como si realmente estuviéramos en un lugar de pureza absoluta en el que el hombre parece desde la cuna destinado a vivir en comunidad y a proteger a las bestias, o al menos, así lo veo yo.
Es crucial incluir a los animales de la casa en el proceso de desarrollo del bebé, así no se generan rispideces ni se sienten excluidos, cosas que pueden generar rechazo. Uno tiene un hijo, y tiene mascotas y hay que trabajar con ambos para que la relación sea sana, sacar a pasear a los perros con el bebé, cuando se pueda; compartir todos tiempo en el jardín si es que uno tiene, o en la plaza, al aire libre; jugar en el suelo con mascotas y bebés, y sacar a la mascota si uno lo desea en momentos de paz, cambio de pañal, teta. Nosotros fuimos evolucionando en esos tiempos y a veces sacamos a uno de los perros con la bici y la bebé, o el carrito. Además, Ivana ha aprendido a ayudarme a darles de comer, agarra los platos de los perros, los trae, abre la lata de alimento, toma la palita y coloca con asistencia la comida en cada plato. Si seguimos así, tendré menos trabajo en los próximos años!
Un recuerdillo…. de nuestro querido Olaf.
En mi caso Olaf dormía al lado de la cuna de Ivana (cuando ivy aún dormía en su cuna, duró 3 meses) y me avisaba cuando se despertaba, me venía a buscar. Si la gorda se sentía mal o tenía fiebre o alguna otra cuestión, mi súper perro se quedaba en vigilia conmigo y con ella, acompañándome a todos lados de la casa, a bañarla, a darle la teta en la mecedora, no se alejaba ni un segundo. Es algo fenomenal tener un perro fiel con quien compartir a tu bebé, por que está aún en esos momentos en los que la mamá se siente tan sóla que dice: Nadie me ayuda. Están sus ojos y sus miradas de comprensión profunda, están en acto y en potencia, alivianan la carga, el ambiente, esa soledad que se puede sentir a la madrugada al levantarse por 4ta vez a dar el pecho y ver que no amaneció y todos duermen menos vos.
Cuando mi perro falleció el pasado febrero – lo envenenaron en circunstancias macabras- sentí que nos habíamos quedado sin ángel guardián, el significaba muchísimo para mi, y mucho más en esta etapa de maternidad; pero será cuestión de sentir que nos sigue desde otro lugar y quizás quien nos dice otro can nos ayude a seguir caminando.
Acá les dejo a mi Ivana y a sus mascotas, ah si, criamos a la proteccionista más joven de la casa, ahora nos encontramos 4 cachorritos y mi pequeña Heidi los cuida.
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